Ya falta menos para celebrar la 11a edición de la Jornada del Máster en Gestión Deportiva de la Universitat Pompeu Fabra – Barcelona School of Management del próximo 8 de junio de 2022. En breve estará disponible el formulario de inscripciones para asistir a la jornada que, aunque la asistencia es gratuita es necesaria la inscripción previa.

Entrevistamos a Gemma Riu, actual directora del Andorra Esports Clúster y que será una de las ponentes de la jornada. Su pasión por el deporte ya le vienen de su etapa como nadadora, dónde logro batir un récord de los campeonatos de España y ser 3ra de España de edades. Ha sido integrante del primer equipo del Terrassa y el Sabadell de Waterpolo, y formó parte de aquel Terrassa CF que estuvo en primera división española de fútbol femenino. Implicada con el tercer sector, colabora desde el comité asesor de una fundación y se divirtió cruzando el estrecho de Gibraltar a nado en una campaña en la defensa del océano y los tiburones.

 

¿Cuáles cree que son los retos de presente y futuro de la mujer en la gestión deportiva?

El primer reto es “ESTAR” porque ahora NO estamos, y estar en IGUALDAD. Mònica Gironès, antigua directora del Institut Català de les Dones, afirmaba que sólo hay un 7,5% de mujeres en Consejos de Administración, un 24% directivas, un 7% ponentes en el MWC 2022 y un 39% en el Parlamento Europeo. Referente al futbol, sólo había 6 entrenadoras en primera femenina y creo dos CEO de clubs. Según ERA.Works y Sara Giménez (Devermut), las mujeres cobran un 20% menos. Hay más hombres llamados John en EE. UU. que ocupan puesto de CEO, que todas las CEO juntas. El 50% de las mujeres que trabajan media jornada en la UE, lo hacen por obligación. Solo un 17% de los puestos directivos del Ibex está ocupado por mujeres. Mientras un 63% de graduados de periodismo son mujeres, sólo dirigen el 15% de la prensa española. Mientras un 74% de estudiantes de medicina son mujeres, solo dirigen el 25% de los hospitales públicos. El 53% de jueces en España son mujeres, sólo un 12% en el Tribunal Supremo ¿Seguimos? En Andorra vamos en la buena dirección, 12 mujeres por 16 hombres en el Consell General, y 6 mujeres por 7 hombres en Govern, aunque el sector privado és otra cosa…

Conocer nuestra historia, otro reto. Como dicen Ana de Miguel, Celia Amorós y Marta de la Rocha, históricamente se ha legitimado que somos inferiores y se nos ha sacado de lo público para confinarnos en lo privado, encasillarnos en labores del hogar y cuidado, permitiendo la realización profesional del hombre. Cuando por fin nos incorporamos al mercado laboral, se nos habían reservado unas tareas concretas, y unos retos invisibles difíciles de superar, como el techo de cristal o el suelo pegajoso. ¿Cómo queréis que ocupemos puestos de gestión?

Hacen falta modelos de referencia, visibilidad y políticas públicas. Tener referentes, es importantísimo, ¡Pq si tú no sabes que puedes hacer algo ni te lo planteas! como dice Helena García de Nestlé. En el deporte aún no se ha visibilizado el logro de la mujer como el de hombre.  Necesitamos políticas públicas que ayuden a romper estereotipos de género y debemos empezar desde el colegio con educación en igualdad, formación, formación y más formación, porque los estereotipos de género no son inofensivos y están presentes en nuestro día a día de forma indetectable. Inversión, financiación, becas, networking, dedicar tiempo a las mujeres, pueden ser pilares de la promoción de las mujeres en sitios de responsabilidad en el sector deportivo.

El impacto social del deporte es una oportunidad magnífica para promover ocupaciones directivas para las mujeres dando ejemplo a otros sectores, a niños, adolescentes, y a la sociedad. El deporte debe incluir a la mujer en puestos directivos para impulsar la inclusión, la atención a personas con capacidades diferentes, promover la salud y la lucha contra la obesidad y el sedentarismo, la protección a los mayores y a los menores…. según el reciente estudio de Montse Martín, de la Universitat de Vic, “Child Abuse in Sport: European Statistics (CASES)”, un menor de cada 5 sufre acoso sexual en el entorno deportivo, … ¡Esto hay que detenerlo ya!

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¿Por qué existe un alto número de mujeres deportistas y federadas, pero en cambio, en la gestión deportiva el porcentaje es tan bajo?

En el deporte existe un sesgo histórico en el cual se ha vetado a mujeres: Pierre de Coubertin negó su participación en los JJOO hasta Paris 1900 (dónde sólo competieron 6 mujeres). No ha sido hasta Tokio que hemos llegado a la paridad, aunque el porcentaje de entrenadoras apenas superaba el 10% (y en unos deportes determinados, claro)

Otro tema es la masculinización de algunas disciplinas. No fue hasta 1912 que se dejó competir a la mujer en natación o en 1928 en atletismo. Pero también hay deportes prohibidos a los hombres, como la natación sincronizada o la gimnasia rítmica.  Por eso es tan importante la igualdad, la igualdad es para todos. El feminismo quiere utilizar el conocimiento de la historia para cambiar la realidad y hacer ver la desigualdad histórica entre hombres y mujeres, lo que es una escuela para otras desigualdades. El feminismo es como unas gafas que te permiten ver una realidad que sin ellas no vemos.

El COI presentó la guía Garantizar una representación equitativa, justa e inclusiva de género en el deporte en Tokio 2020” con consejos en tipo de lenguaje, imágenes y contenidos que los medios pueden utilizar para evitar reproducir estereotipos o imágenes sexualizadas de las atletas, pero al mismo tiempo vimos las dificultades que puso a Ona Carbonell para seguir con la lactancia de su bebe. Actualmente seguimos viendo muchos los líderes de opinión, y muchos medios, que aún no incorporan la perspectiva de género, ni la conocen, y por eso, otro reto es acabar con las preguntas con claros sesgos de género.

Décadas y siglos de lucha por estar ahí. Aunque ha habido un incremento en la proporción de mujeres en las competiciones, el deporte internacional sigue estando dominado por hombres: el dinero, los patrocinios y las inversiones, van al deporte masculino.  Recordemos el caso de la selección de EE. UU. de futbol femenino, las mejores del mundo que cobraban mucho menos que los hombres, los cuales nunca habían ganado nada en el futbol mundial. Las chicas lideradas por Megan Rapinoe demandaron a la federación por la discriminación salarial y recientemente los tribunales les han dado la razón, en un hecho histórico y que esperemos que sirva de precedente.   Hemos tenido que hacer frente a multitud de barreras y techos de cristal, reivindicando igualdad de oportunidades y visibilidad… ¡Visibilidad, por favor! Muchos medios publicaron que Nadal con 21 títulos era deportista con más Grand Slams y tenemos a Margaret Court con 24, Serena Williams con 23 y Steffi Graf con 22.

El deporte femenino, aun y los atisbos de cambio que estamos viendo recientemente, sigue muy infravalorado respecto el masculino, con lo que tu carrera directiva también se valorará mucho menos. Los estudios y la experiencia en “puestos similares” suma para acceder a puestos directivos. Como vas a acceder a ellos, si has sido madre, has conciliado, has cuidado a tus mayores, …  és una tarea tan difícil como inalcanzable y discriminatoria. ¿Eso es tener igualdad de oportunidades? ¡No! por eso son tan importantes la política, el movimiento social y las cuotas. Es muy difícil romper el techo de cristal y salir del suelo pegajoso que nos relega en casa, mientras los hombres trabajan y se perpetúan las diferencias.

Ahora tenemos que crear referentes y dirigir, desde entrenadoras, a presidentas y CEOs, y para eso necesitamos que federaciones, clubs i gobiernos se impliquen, y como no, que la sociedad salga a la calle y lo reivindique. ¿Hemos tenido alguna presidenta en el COI, en el COE o en el Comité Olímpico Andorrano? Creo que no y ¡Ya va siendo hora!

Como relata el libro “Presidente Samaranch”, la resistencia al papel de la mujer en el COI era una obviedad. Con la llegada de Samaranch a la presidencia en 1980, se celebró el semanario “La mayor participación de la mujer en el deporte” y se aprobó un cambio de actitud para una mayor participación de la mujer en la gestión deportiva. Entonces sólo una federación internacional estaba presidida por una mujer. En 1981 Samaranch da entrada a las primeras 2 mujeres en el COI. En 1995 creó el grupo de trabajo “Mujer y Deporte” y se va del COI dándole un giro impresionante: en su mandato se pasa de 0 a 18 mujeres como miembros del COI y del 21,5% de participación de mujeres en los JJOO de 1980 al 38,2% en Sídney 2000.

 

¿Está a favor de la existencia de cuotas en los Consejos de Administración de Federaciones y entidades deportivas?

Sensible, complejo y con mala prensa, pero sin ninguna duda las cuotas y todas las acciones de discriminación positiva son necesarias ya que ayudan a corregir una situación que de partida es injusta, la cual no se está arreglando de forma natural. También nos sirven para ver y corregir lo que no se está resolviendo a la velocidad que se debería. Las cuotas deben existir hasta que no se llegue a la equidad (sea cual sea el género menos representado), y para llegar a ello es necesario ceder espacios.

Pero las cuotas no deben ser las únicas acciones, se deben compaginar y complementar con otras. Y volvemos a la política. Las instituciones públicas deberían tomar y dar ejemplo, y hay que regular lo privado, por eso los planes de igualdad junto con otras medidas son tan importantes. La diversidad suma y aporta valor. Somos la generación de las mujeres mejor formadas y esto no se refleja en los puestos directivos, ni en Consejos de Administración, federaciones y entidades deportivas. Sería interesante conocer el dato en Andorra.

 

¿Qué medidas políticas se tendrían que impulsar para la equiparación de mujeres y hombres en la gestión deportiva?

Necesitamos que la política legisle y empuje. Y en Andorra la política está empujando: acaba de aprobar, por unanimidad, la “Llei per a l’aplicació efectiva del dret a la igualtat de tracte i d’oportunitats i la no-discriminació entre dones i homes”, gracias a políticos valientes y a una sociedad valiente, porque los cambios sociales los producen las personas y para promover un cambio, como dice Mònica Geronès, se necesita un apoyo del 30%. La ley pivota en 5 ejes: igualdad de trato y no discriminación, presencia equilibrada, medidas de acción positiva para impulsar la igualdad de oportunidades, la conciliación e igualdad en las tareas del hogar, y la igualdad en la participación en el mercado laboral e igualdad de trato. Esta ley incluye entre otras cuestiones, la coeducación en todo el sistema educativo, que las entidades que reciban subvenciones públicas o que estén obligadas a auditar cuentas deban tener un órgano directivo dónde ningún género suponga más del 60%, o la modificación del código penal para castigar la falta de consentimiento en el caso del delito sexual, como violación. Esta ley, como dice la ministra Judith Pallarés, es un gran avance y forzará a muchas empresas e instituciones a realizar planes de igualdad. Tenemos mucha suerte de tener una ministra como ella, quien trabaja para conectar las políticas sociales, económicas y de igualdad.

Las organizaciones deportivas, federaciones y clubs deberían implantar, con convencimiento,  planes de igualdad (que aplican medidas efectivas para mejorar la vida de hombres y mujeres, y que son herramientas muy útiles para conocer la brecha salarial), intentar corregir algunos de los efectos perversos de la conciliación (al final, la mayoría de las veces es la mujer la que concilia y se reduce la jornada, lo que impacta en su salario, en su futura jubilación, en el acceso efectivo a la formación y en sus posibilidades de ascenso). Como diría Amanda Alonso de CCOO, la palabra sería “corresponsabilidad”. Actualmente ya hay muchas empresas que van en esa dirección, pero no las suficientes. Ahora nos toca al sector deportivo.

Evidentemente las medidas tendrán efecto a largo plazo, y puede que mientras su incumplimiento no sea punible, algunas de estas medidas se queden en la web como una propaganda o un “social washing”, que por suerte los millennials y centennials detectan y discriminan según ello. Antes era raro ser una empresa sostenible y el Consejo de Administración no entendía porque penalizar EBITDA “por ser verdes”, hoy en día si no eres verde estás fuera de mercado, y los millennials no te compran y no vendrán trabajar contigo. En lo social va a pasar lo mismo, quien no lo sea de verdad, quien sólo lo diga en la web, va a sufrir discriminación negativa.