abril 2017

Resumen de la jornada: la violencia en el fútbol, problemas y medidas

10/04/2017|

El pasado 7 de abril con motivo del día Mundial de la actividad física (fecha institucionalizada por la Organización Mundial de la Salud que se celebra cada 06 de abril desde el 2002), tuvo lugar la Jornada: “La violencia en el fútbol. Problemas y medidas”. Esta jornada estuvo organizada por Sports_Lab Centre d’Estudis y el Departamento Law & Philosophy de la Universitat Pompeu Fabra, coordinada por José Luis Pérez Triviño junto con Mónica García Salas.

Durante este evento, se abordó la problemática de la violencia en el fútbol desde diferentes puntos de vista como son federaciones, medios de comunicación, clubs de fútbol, cuerpos de seguridad, organizadores de competiciones y autoridades políticas. La jornada se programó en dos mesas redondas en las que los participantes expusieron el punto de vista de los diferentes organismos a los que representaban junto con un turno preguntas abierto a todos los asistentes de la jornada.

La primera de las mesas redondas. Moderada por Carles Murillo (Director de Sports_Lab. Centre d’Estudis UPF y Director del Máster en Dirección y Gestión del Deporte), contó con la participación de Javier Latorre, Director de Cumplimiento Normativo de la Federación Catalana de Fútbol, que presentó datos en cuanto al volumen de partidos (más de 4.700) y personas que convoca el fútbol cada fin de semana y que, aunque hay violencia, debemos saber que son casos minoritarios. Expuso todas las iniciativas que se llevan a cabo desde la FCF y el Comité de lucha contra la violencia y sus campañas, la última de ellas para este año centrada en la violencia en redes sociales. Destacó también como en España existen reglamentos para prevenir y sancionar violencia (ejemplo cierre parcial de gradas), pero que, a diferencia de otros países, aquí los propios clubes luchan porque estas no sean aplicados.

Jordi Martí, Periodista de la Cadena SER, representante Grupo PRISA, comentó la importancia de que todos los agentes, federaciones, clubes, LFP y por supuesto medios de comunicación, deben de luchar contra la violencia y como, actualmente, en ocasiones, sus actuaciones están yendo en contra de este fin, como por ejemplo clubs que favorecen la entrada de radicales o titulares en medios de comunicación con tintes belicosos (Ej. A por ellos).

Tras ellos llegó el turno de los clubs de fútbol, en este caso los dos principales clubs de Primera división de Barcelona representados en la mesa por Ramón Robert,  Consejero delegado del RCD Espanyol y Maria Teixidor, Vicesecretaria del FC Barcelona. Ambos expusieron todas las medidas que se llevan a cabo por parte de los clubs, educación a la cantera en contra de la violencia, eliminación de grupos violentos, gestión de las gradas de animación, coordinación con cuerpos de seguridad del estado, etc. Los dos representantes hicieron hincapié en que la rivalidad competitiva en el fútbol es necesaria pero siempre sin llegar a la violencia.

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La segunda mesa redonda, cuyo moderador fue Alberto Carrio (Professor de Filosofia de Dret de la UPF), comenzó con la exposición de Santiago Fisas, Miembro del Parlamento Europeo, como presidente del Integrupo de deportes del Parlamento Europeo y Ex Secretario de Estado para el Deporte en España, que expuso los diferentes trabajos en materia de deporte que se llevan a cabo desde el Parlamento Europeo, recordando que las competencias en la mayor parte de los países miembros son de los diferentes Estados que, a su vez, en muchos casos, como en España, son delegadas a las Comunidades Autónomas. Repasó toda la legislación elaborada por Europa en cuanto a Deporte que, para la UE es una herramienta puede superar las barreras sociales fomentando la inclusión social, integración e igualdad de oportunidades.

El siguiente participante de la mesa fue Joan Lluís Cordón, Coordinador general de seguretat en esdeveniments esportius de la PG-ME, que explicó todas las actuaciones que llevan a cabo los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, Policía Nacional y Mossos principalmente, y como llevan a cabo la coordinación con los clubes, los cuales, en el caso de 1ª y 2ª División, están obligados a contar con un coordinador de seguridad dentro de su plantilla. Resaltó que son también parte de los dispositivos de seguridad en los desplazamientos de aficiones y que, cuando se trata de partidos internacionales, existe coordinación e intercambio de información entre las autoridades de los diferentes países a fin de evitar el acceso a personas con antecedentes que puedan ser peligrosos para el desarrollo sin incidentes de los partidos y prevenir posibles conflictos.

Tras esta intervención llegó el turno de Carlos del Campo, Director Adjunto a la Presidencia de la Liga de Fútbol Profesional, que enumeró todas las iniciativas llevadas a cabo por la LFP, especialmente las impuestas tras la Tragedia de Heysel, partido entre el Liverpool y la Juventus de Turín,  en el que murieron 39 personas a causa de una avalancha de aficionados. Estas medidas supusieron una inversión de más de 160 Millones de Euros, y entre ellas estaban, la eliminación de gradas de pie y obligación de contar con asientos individuales,  la instalación de tornos de entrada, cámaras de seguridad, etc.

Como última intervención, José Luis Pérez Triviño, (Profesor Titular de Filosofía del Derecho. Director de “Fair Play. Revista de Filosofía, Ética y Derecho del Deporte) organizador de la jornada, lanzó una reflexión al público en cuanto a los insultos y la problemática de calificar a estos, ya que, según el modo de uso de los mismos y su contexto, en ocasiones adquieren diferentes significados llegando incluso a ser una alabanza. Hecho que supone aún una mayor dificultad a la hora de establecer sanciones por el uso de ellos y como, en el otro sentido, expresiones que textualmente no incluyen insultos, pueden ser tomados de forma ofensiva según el sentido que se le den a esas palabras por parte de emisor y receptor.

Para finalizar la jornada, se agradeció la participación tanto de todos los ponentes como asistentes y se invitó a todos los presentes a participar en  la tercera edición de la Sport and Global Governance Conference, cuyo tema principal este año es Gender & Sport, que tendrá lugar los próximos 8 y 9 de mayo en el Campus Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra.

Jesús Cabrera Carabaza

Alumno Máster en Dirección y Gestión del Deporte

diciembre 2014

¿Quién debe responder a las preguntas de la violencia en el fútbol?

10/12/2014|

En Soccernomics se pone de manifiesto que el gran auge del fútbol y de los clubes se produjo en plena revolución industrial, cuando los habitantes del campo emigraban a las ciudades para trabajar en la industria. Estos recién llegados tomaron el fútbol como su forma de inclusión en la ciudad. Ese apoyo masivo a principios de siglo ha conseguido que las ciudades industriales como Milán, Barcelona, Manchester, Liverpool o Munich tengan los mejores equipos del continente. Ninguna capital europea democrática había visto a su equipo levantar una Copa de Europa hasta que lo hace el Real Madrid en el año 98. Solo el Chelsea en 2012 pudo unirse a esta selecta lista. ¿Cómo puede ser que París, Roma o Berlín no sepan lo que es celebrar una Champions? ¿Está el problema en sus hinchas?

Se empeñan en vendernos que los ultras son esos violentos extremistas maleducados y que buscan peleas. Sin embargo yo opino diferente. No estoy en contra de los ultras, porque me parece un problema de semántica, la palabra ultra tiene connotaciones negativas y de violencia. No niego que la violencia se esconde al amparo de estos grupos, pero es solo un reducto de impresentables dentro de un colectivo generoso y desprendido y que proviene de aquellos obreros que animaban al equipo de la ciudad en donde vivían para saberse integrados dentro de ella y que convirtieron a sus equipos en las grandes potencias futbolísticas del continente.

La pasada semana veíamos como dos grupos de violentos se pegaban hasta la muerte en la previa de un partido, que ha acabado desembocando en una crisis institucional en uno de los equipos afectados, el Dépor y con las instituciones como la LFP o el CSD dando palos de ciego en todas las direcciones a la hora de tomar medidas que eliminen la violencia de los estadios.

Para ir girando el foco hacia la solución del problema, podemos hacer una pequeña parada en el Deportivo. Un club dónde a raíz de la violencia, ha habido una ruptura social entre el aficionado medio, los Riazor Blues, la directiva y el equipo. Desde el primer día podría haberse solucionado si el Club hubiera acercado su postura a los Riazor Blues y les hubiera propuesto un comunicado conjunto. Los Riazor Blues deberían comprometerse a acabar con la violencia en su grupo, a no dar cabida a hinchas que participaron en la pelea de Madrid o con antecedentes y su desvinculación de las ideas políticas de extrema izquierda. El Club debería, asimismo, comprometerse a apoyarlos de forma pública, institucional y como una peña más del equipo. Siempre bajo la tajante condición de NO-VIOLENCIA.

En un nivel más general, para que el fenómeno de los ultras violentos de los campos se reduzca tiene que haber una coordinación entre clubes, instituciones y fuerzas del Estado, y los Medios de Comunicación. Me centraré en estos últimos.

El desarrollo de los Ultras en España nace en la década de los 80, poco después del nacimiento del Diario Sport en el año 79, que se unía al pionero Mundo Deportivo en Barcelona y del AS en el año 67, que competiría con el veterano Marca en Madrid. De repente, cambió el foco del terreno de juego a la grada. Las cuatro cabeceras trataban de ganarse al hincha-consumidor identificándolo como parte del espectáculo, dándoles titulares a aquellos que hacían lo que fuera necesario para convertirse en parte del espectáculo. Los violentos agazapados entre los ultras encontraron su trampolín perfecto para darse a conocer y se hicieron con el poder de esos grupos. La única manera de descabezar ese poder es despolitizando los grupos ultras, y no dándoles ningún tipo de protagonismo en los medios y por tanto, en el debate público.

Sin embargo los medios de comunicación siguen hoy en día dando cabida a ese tipo de periodistas-ultras incluso en sus páginas. Profesionales que utilizan la violencia de la palabra defendiendo a un entrenador que agrede a otro metiéndole el dedo en el ojo, a un jugador que tiene un comportamiento racista o a otro con un juicio por violencia de género. Los defienden solo porque son de su equipo, fomentando un insoportable clima de enfrentamiento, confrontación y violencia. Los escudos van ganando la partida a las ideas.

Asimismo, hacen apología de la incultura. No son capaces de comentar otros deportes, de informar de otras disciplinas, de hablar de otro tipo de deportistas. Por poner un ejemplo, se trata a Mireia Belmonte como un fenómeno por sus estelares actuaciones, y ponen imágenes de ella en el pódium recibiendo la medalla. Ni una imagen de ella nadando, ni una explicación de cómo ha sido su entrenamiento o su preparación o de quienes han sido sus rivales, qué se ha encontrado en las rondas previas, etc. Sin embargo podemos ver a Rakitic cambiando la silla del bebé de coche mientras un periodista del Madrid y otro del Barça discuten sobre si es la silla adecuada para un Audi o un completo reportaje de la cena del personal de Administración y Servicios del Real Madrid en un restaurante donde estaba prohibida la entrada a periodistas, analizando minuto a minuto los cánticos y las conversaciones entre el utillero y el taquillero.

Siendo los medios más vistos, comprados, leídos, reconocidos en España, siendo creadores de ideas, los responsables de los argumentarios de la mayoría de los hinchas… ¿Por qué no un pacto en dónde se encauce este problema a través de la culturización del deporte en prensa escrita y audiovisual? ¿Por qué no un acuerdo entre ellos para fomentar los valores del deporte y de su potencial socializador? ¿Por qué no dar cabida a la cultura relacionada con el deporte? Iniciativas como Líbero, UnderGround Football, Proyecto Panenka son ejemplos plausibles de que el deporte y la cultura pueden ir de la mano. Y deben. Cualquier medida desde los clubes o las instituciones va a ser nula o de escasa importancia si los medios de comunicación no se implican como parte responsable y mantienen sus micrófonos y páginas al servicio de auténticos maestros de la manipulación, del servilismo y de la zafiedad y la incultura.

Es el momento de enfocar este problema de forma global. Desde el principio hasta el final, y hay que entender que la violencia empieza en los estudios y acaba en los estadios.

Empecemos por el principio.

Ultras Solución No-violencia Medios de Comunicación Cultura

Pablo Rivadulla Sández bar inflavel
Alumno del Máster en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas, Socio y ex jugador de Categorías inferiores del Deportivo de la Coruña

Violencia y muerte en los aledaños del Estadio Calderón

01/12/2014|

Una alarmante noticia salpica las primeras páginas de los informativos de televisión y de la prensa digital a primera hora de a mañana del domingo 30 de noviembre. La noticia tiene que ver con el fútbol, aunque irrumpe como noticia de apertura. Un seguidor del Deportivo de La Coruña fallece en un hospital de Madrid, después de ser rescatado del río Manzanares. El fatal desenlace ocurre luego de una brutal pelea entre bandas radicales de los dos equipos que luego van a disputar un partido de Liga en el Estadio Vicente Calderón: el Club Atlético de Madrid y el Deportivo de La Coruña. Según informa la prensa, las dos bandas se han citado a primera hora del domingo a la orilla del río. Acuden a la convocatoria más de 400 energúmenos pertrechados con todo tipo de artilugios para que la contienda tenga de todo, excepto fiesta deportiva. No es la primera ocasión en la que hechos de este estilo se producen al amparo de una competición deportiva en nuestro país o en el extranjero. Ocurre, desgraciadamente, con demasiada frecuencia. ¿Acaso el deporte en general, y el fútbol en particular, es el agente causante de este tipo de manifestaciones violentas?

El periodista y escritor argentino, Rodolfo Braceli (De fútbol somos, Ed. Sudamericana, 2001; ponente en la II Jornada sobre Gestión Deportiva celebrada en Buenos Aires, en marzo del 2013 y organizada por la sede argentina de UPF-Idec) describe con gran destreza una tesis que comparto en toda su extensión. “El fútbol, dice Braceli, espeja hasta la extenuación. Espeja la violencia, el racismo, el gangsterismo, el exitismo y el fracasismo”. Este espejo que es el fútbol reproduce aquello que ocurre en la sociedad y lo amplifica por la simple razón de la idiosincrasia de este tipo de disciplina deportiva convertida en espectáculo de masas. Lo reproduce y amplia con unas características especiales que, entre otras cosas, han llamado poderosamente la atención de empresas patrocinadoras, magnates y, por que no negarlo, oportunistas que a cualquier precio han querido también sumarse al festín del consumidor futbolístico entregado a su pasión, es decir a su equipo y sus ídolos, “confundiendo el amor por lo propio con el amor propio”. El espejo –prosigue Braceli- no tiene la culpa de lo sucedido. Enojarse con el espejo es inútil y resulta ridículo: “el fútbol nos espeja en esas lacras en las que se cuece a fuego lento la condición humana”. Hay una frase de Barceli que resume a la perfección las posibles dudas existentes al respecto del fenómeno que se vive en los estadios: “si queremos ver si somos racistas, o si queremos ver hasta qué punto y de qué manera lo somos, entre os a un partido de fútbol … si queremos ver la facilidad y naturaleza de nuestra violencia entremos a un partido de fútbol”.

Los responsables de las organizaciones deportivas y de todas sus entidades, federaciones, ligas, clubes, etc.), además de los medios de comunicación y los seguidores y amantes del deporte, hemos aplaudir cualquier manifestación de denuncia de los hechos violentos, la toma de medidas para aislar a sus protagonistas, el apoyo -en la medida de las posibilidades cada uno y desde su punto de vista distinto pero complementario- de las acciones que los dirigentes puedan llevar a cabo de tolerancia cero con los violentos, como las que tomó en su días la directiva presidida por Joan Laporta en el FC Barcelona para con los grupos radicales que alimentaban el odio y la reyerta constante, aplaudir los esfuerzos de los medios de comunicación para abandonar el lenguaje bélico que a menudo acompaña las retransmisiones deportivas y los comentarios sobre el hecho deportivo, por otro, igualmente útil y eficaz, más próximo a los valores intrínsecos del deporte y en definitiva, resaltar el respeto de las ideas y de las preferencias de cada uno.

Las situaciones de crisis que ocurren después de hechos tan lamentables como el ocurrido en la mañana de ayer en Madrid deben ser aprovechados par que, junto a la expresión del dolor más profundo desde el punto de vista personal y por el del deporte en su conjunto, sepamos entre todos dar un giro de volante que nos sitúe en la dirección adecuada. No es un giro de volante de una persona, entidad o afición, ahora el volante es tan inmenso que caben muchas manos para hacerlo girar.

Carles Murillo Fort

Director del Máster en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas

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