En estos días hemos visto como el espacio que los informativos dedican a las noticias deportivas ha sufrido un cambio importante. No hay imágenes de competiciones deportivas, ni de grandes fichajes ni de movimientos de dinero por una nueva oleada que haga subir el importe que reciben clubs y ligas profesionales por los derechos de retransmisión. El deporte vive, como otros muchos sectores de la actividad económica y empresarial, una parada repentina.
Si analizamos las repercusiones de la crisis (repentina), nos encontramos con la necesidad de hacerlo de manera separada del que suelen ser las cadenas de valor de la industria deportiva. En primer lugar, tenemos un alud de noticias relativas a los acontecimientos deportivos. Los organizadores de las grandes competiciones deportivas se mueven entre el aplazamiento (el maratón de Barcelona que estaba marcada en el calendario para el día 15 de marzo se hará en principio el 25 de octubre; Roland Garros pasa a disputarse en el mes de septiembre; así como el calendario de algunas carreras de automovilismo y motociclismo) y la suspensión hasta otra temporada (como pasa con la mayor parte de competiciones que forman parte de un calendario armonizado cómo es el caso del ciclismo u otros como la Eurocopa de fútbol en la que los organizadores, la UEFA en este caso, prefieren dar prioridad a las competiciones nacionales). A la espera de lo que decida el COI por los Juegos Olímpicos previstos para el verano próximo, el panorama está servido.
El deporte, sin embargo, es algo más que espectáculo deportivo. Las cifras nos hablan del alcance de este fenómeno en España:
- el 46,2% de los españoles dice que practica deporte.
- el 68,2% dice que sale a andar o pasear de forma rápida, al menos una vez a la semana (51% y 70%, respectivamente).
- Uno de cada 5, de los que dicen que hacen deporte de forma regular, lo hace en casa. El resto, en espacios donde la distancia social es prácticamente inexistente.
- Para el 30% la práctica deportiva es para estar en forma.
- Un 23% afirma que hace deporte para entretenerse.
- Uno de cada dos runners dice que disfruta más de la experiencia si lo hace acompañado de amigos, si bien esta proporción cae hasta el 20% en el caso de los españoles encuestados en una encuesta hecha a una muestra de 25.000 europeos
La actividad diaria toma ahora mismo, con los efectos de las medidas preventivas del mayor ritmo de contagio del coronavirus, otro rumbo. La situación afecta de manera importante la agenda personal, familiar, laboral y social. No hay que añadir nada al respeto pues todos nos sentimos foráneos representados y afectados. Las consecuencias por el sector del deporte son fácilmente imaginables pero presentan muchas dificultades para estimar su repercusión en términos cuantitativos, en no existir un precedente que sirva de referencia. Algunas voces, pero, han lanzado algunas cifras que, cuando menos, pueden servir de orientación. La Liga (primera división española de fútbol) ha estimado en casi 750 millones de euros de pérdidas si no se acaba la competición. Los derechos de retransmisión, irrecuperables si no se juegan los partidos, explica buena parte de la cifra aparte, también, de la disminución de ingresos por el concepto de patrocinio.
En tercer lugar, tenemos que ver el deporte como sector de la actividad económica y por tanto formado por un sistema en el que participan agentes económicos varios (clubes, federaciones, ligas, empresas que fabrican productos y otros que prestan servicios). El deporte supone el 2,5% de la ocupación total, y el 1,2% del valor añadido sucio de la economía del país, según el estudio más reciente hecho por un equipo de profesores del UPF Sports_Lab. Para el conjunto de la UE estas cifras son, respectivamente, el 2,7% (ocupación) el 2,1% (VAB). Para medir los efectos de la crisis vírica de estas semanas en el deporte, no más hay que preguntarse a qué sectores repercute más fuertemente la actividad sectorial. Las mismas fuentes nos informan que los servicios educativos, deportivos, las apuestas, el transporte y la restauración y hoteles son lo más perjudicados.
El deporte y la salud van de la mano, de la misma forma que la tecnología ha cambiado buena parte de la práctica deportiva y también de la forma de seguir un espectáculo deportivo. Y en estos dos ejes encontramos, a pesar de todo, nuevas oportunidades. Los que practican deporte tienen que encontrar formas alternativas para seguir haciéndolo, tanto si es por motivos de conservación o recuperación de su estado de salud como por entretenimiento. Los deportistas de nivel ven como se rompe de repente su planificación en la busca de las mejores marcas personales (especialmente importante en el caso de todos los atletas olímpicos que tienen en su calendario personal anotado que su punto de máximo rendimiento estaba previsto los días de los juegos de Tokio). En todos los casos, la tecnología nos acerca al preparador físico y las pautas del entrenamiento y la práctica deportiva a nuestros respectivos domicilios.
También los espectadores que, de repente, se han quedado sin uno de los principales elementos de entretenimiento de los fines de semana encontrarán fórmulas ingeniosas para salir adelante. La propuesta de un grupo de deportistas profesionales de hacer una competición con videojuegos electrónicos (e-sports) es un buen ejemplo al respeto que seguramente captará la atención de algunos de los más habituales seguidores de los espectáculos deportivos en directo.
Desde el punto de vista de la oferta, los fabricantes de ropa, zapatos, equipación, material y nutrición deportiva; las tiendas que lo distribuyen; los gimnasios que han tenido que cerrar; los entrenadores personales; los comentaristas en los diferentes medios de comunicación o los organizadores y gestores de los acontecimientos deportivos y consultoras especializadas tienen que encontrar en el comercio electrónico y otros mecanismos la posibilidad de no cerrar las puertas y seguir trabajando, aunque sea bajo mínimos. Es lo que hicieron las empresas fabricantes de productos de limpieza durante el “corralito” del sistema bancario en Argentina al decidir pasar de las dosis individuales a las presentaciones más voluminosas abaratando el coste por unidad de producto, reduciendo los márgenes pero, por otro lado, no perdiendo los clientes. Si alguna de las propuestas imaginativas tiene buena aceptación se puede pensar en que incluso genere más interés por la práctica deportiva.
Ahora mismo planea sobre el pensamiento de unos y otros el trade-off entre aspectos sanitarios y económicos. Afrontar una situación nueva, no tanto por la existencia de una infección vírica que se transforma en pandemia, sino por la forma en la que se produce el contagio, sus efectos y letalidad, sino por la forma como la conectividad física de personas y mercancías debido a la globalización, hace que la respuesta técnica (clínica y epidemiológica) y económica, suscite una fuerte controversia. Priorizar es una tarea habitual entre los gestores; teniendo en cuenta el coste de oportunidad.
No se puede negar que la pandemia nos golpeará a todos y que casi todos salimos perdiendo, unos más que los otros. Pero hay que esperar que los gobiernos actúen de tal forma que se conserve el tejido empresarial y que la población gane en espíritu solidario rompiendo la tónica individualista tan extendida en los últimos tiempos pero, sobre todo, haciendo que la imaginación y las ganas de salir del fondo de la crisis, espolee nuevas iniciativas y maneras de hacer.
Carles Murillo Fort
Director del Máster en Dirección y Gestión del Deporte y del Máster en Negocios Internacionales en la UPF Barcelona School of Management.
Referencias
Encuesta de Hábitos Deportivos en España. 2015.
LaLiga (www.laliga.com)
Strava (www.strava.com)
Deje su comentario